Eres
fruta prohibida
Como
aquella del jardín del edén
Entonces…
¿Cómo he
de tenerte sin perder la razón?
¿Sin
perecer?
Quiero
ser eterna justo a ti.
Báñame de
esa pureza
Que nace
de tus ojos
En cada
mirar,
Que fluye
de tus besos,
Cada que
nos encontramos.
Cada
caricia tierna,
Sin
malicia
Que
diriges a mi ser.
¿Cómo
imitarte?
¿Cómo
dejar de ver
cuando
has abierto los ojos?
No puedo
dejar de sentir el calor
Ahora que
he tocado la flama de tu piel
Has
encendido en mí
Algo que
jamás se apagará
Algo que
te pertenece
Y de
nadie más será.
Esto que
hacemos es nuestro,
Nadie
puede deshacerlo,
Soy tuya,
Te
pertenezco,
No
pretendo ser tu dueña,
Ni ser la
única a la que tu corazón pertenezca
Me basta
saber que soy la primera
Saber que
hago tu corazón latir
Y tu
respiración acelerar.
Que al
pronunciar mi nombre,
Es lo
mismo que hablar en el idioma del amor.
Todos los
días te pienso.
Eso será
hasta el final de mis días.
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